AMERICA UPAEP 
                EL CARTERO 
                Sello Nº1879-1880 
              
           
              Se trata de un funcionario 
                modesto de la jerarquía administrativa, pero de una 
                importancia operacional de la más alta importancia. 
                Es el último eslabón de una compleja cadena 
                de personas, instituciones y tecnologías que se han 
                concertado para que una carta o un paquete entregado no importa 
                en que punto del globo llegue a las manos del destinatario 
                íntegro, inviolado y oportunamente. 
                Si el cartero no está suficientemente consciente de 
                su altísima responsabilidad y es negligente o inescrupuloso, 
                todo un afinado sistema de alta tecnología que puede 
                comprender a muchos países a la vez, puede frustrarse 
                y reducirse a la nada en minutos. La pieza postal entregada 
                implica un acto de fe pública que obliga a todo el 
                personal de Correos y a las instituciones nacionales e internacionales 
                que los supervisan. Pero, más allá de las evidentes 
                responsabilidades legales implicadas, están los aspectos 
                puramente humanos que se encierran en un sobre o se envuelven 
                en una encomienda. Ahí las personas entregan información, 
                noticias, cosas de sus vidas que le son importantes y que 
                deben compartir con otras que se vuelven distantes en el espacio. 
                Confian en que esas remesas, sea ella un documento necesario, 
                la noticia feliz de un nacimiento o el dolor de una pérdida 
                terrible, o simplemente una palabra cariñosa de recuerdo 
                y amistad, llegará a quién corresponda en el 
                tiempo y en el estado debidos. 
                El encargado de hacer esa entrega final es el amigo cartero. 
                A su buen criterio, a su honestidad personal, a su sentido 
                del servicio público, todos (a veces sin pensarlo) 
                entregamos la delicada tarea de ser portador, en parte, de 
                nuestras alegrías y pesares. 
                Por esta razón, tal vez, el cartero ha sido, a veces, 
                protagonista de grandes obras novelescas.”Miguel Strogoff, 
                correo del Zar”, de Julio Verne hasta “El Cartero” 
                de Skármeta, entre nosotros son ejemplares de lo dicho. 
                Los dos sellos que Correos de Chile, en el marco de las series 
                UPAEP, emite en esta ocasión, representan la imagen 
                romántica del cartero del 900, seguramente portador 
                de una esquela de amor y la imagen del cartero contemporáneo. 
                Simbolizan a los carteros del presente y del pasado. Unos 
                que debían cruzar a pie la Cordillera de Lonquimay 
                o en mula los desiertos del norte. Otros que hoy usan lanchas 
                a motor para cruzar lagos y canales, motocicletas para unir 
                los pueblos agrícolas del centro o camionetas que conducen 
                el tesoro de las cartas para que todos, donde quiera que estén, 
                puedan recibir a tiempo la misiva que otro le remite desde 
                lejos. 
            ¡ Esa es la 
          maravillosa tarea del cartero!  |